La amistad es aquella que no se reemplaza por excusas tontas.
Yo una vez conocí a una chica, a la que quise muchísimo, la adopté como mi mejor amiga. Nos matábamos de risa, lo pasábamos muy bien, compartíamos secretos; yo la contenía cuando estaba triste, me alegraba por sus logros, la llenaba de regalos, de cartas y simplemente la adoraba. Nosotras hicimos una promesa que para mí era muy importante y se nota que para ella no tanto. El día que se debía cumplir lo prometido estaba tan emocionada que hasta quería ir rápido al colegio, cuando llego al colegio ella me dice si no podíamos posponer lo prometido. Muy triste y desilusionada le digo que sí, (no podía obligarla a hacer lo que no quería), había roto nuestra promesa por otra amiga. Al día siguiente cumplió lo prometido, pero seguía alabando a su otra amiga, y había días en que posponía lo prometido, a veces lo cumplía y otras a mí no me prestaba demasiada atención .
Al principio traté de salvar nuestra mejor amistad pasando mucho tiempo con ella, después dejándola que se quede con la otra amiga, y después traté de ser amigable con su amiga. Nada funcionó. Esto no se lo he contado a nadie, Uds. son los primeros en saberlo.
Ya no creo que exista la mejor amistad y les doy un consejo a todos los lectores: no confíen en nadie y no se apeguen demasiado a las personas o las ahogaran.
Tengo el corazón muy lastimado, lleno de rencor y a la vez lleno de tristeza.
firma: Paula